FINCA CLUB DE CAMPO GUADALAJARA
MARIA Y PEDRO

















BODA EN TORTUERO, GUADALAJARA
Todas los enlaces matrimoniales son únicos, cada uno de ellos tienen su personalidad, la que de los invitados, los novios y la familia se desprende. Una personalidad que impregna el espíritu alegre, sonriente, divertido, y en este caso en particular, mucho sentido del humor. Como fotógrafos de bodas, nuestra obligación es captar todos esos momentos llenos de vida y emoción.
El día 20 de Mayo del año 2023 nos dirigimos todo el equipo a un pueblo llamado Tortuero. Fue toda una aventura, pues era un pueblecito recóndito, casi escondido en un valle, donde no sólo nos esperaban los novios en sus casa, sino todo el pueblo en sí. Un pueblo de pocos habitantes en el que todos son parientes y por tanto todos están invitados a la ceremonia.
Esta boda iba a ser una boda por todo lo alto, y así fue.
Cuando llegamos a la casa del novio éste no estaba. Yo por un momento pensé que no se vestiría pues él había dicho en varias ocasiones que no le gustaban las fotos. La familia sin vestir y preguntando todos a una a ver dónde estaba Pedro (el novio), eso sí, la alegría se percibía en el ambiente, siendo una atmósfera tranquila, distendida y sin ningún tipo de prisa. Por fin llegó el novio que nos metió rápidamente en su bolsillo con su desparpajo y su ironía contenida. El resultado de todo esto fueron unas fotografías de boda muy naturales y emotivas.
Continuamos por la casa de la novia, María. Ella y su familia nos esperaban sonrientes. Toda la familia estuvo atenta a nuestro trabajo por si requeríamos de algo en concreto. Ellos siempre dispuestos, muy amables y con una gran sonrisa en sus rostros.
El mismo párroco encargado de oficiar la ceremonia nupcial fue de lo más agradable y bromista, lo que ayudó a completar nuestro trabajo para conseguir el mejor resultado: fotografía de boda natural, llena de belleza y sentimiento. Incluso fue él mismo quien nos daba consejos de dónde posicionarnos en la Iglesia para hacer las fotografías. Algo muy inusual si hacemos una estadística de esto.
Una vez en el coctel, ya en Guadalajara, en la Finca Club de Campo, ya se notaba el ánimo de fiesta, de celebración y felicidad. Con música en directo que acertaba en cada uno de sus temas para animar a su público totalmente entregado. Ciertamente fue, que de lo tan bien que lo estábamos pasando, perdimos la noción del tiempo y se alargó un poco de más ese coctel, y en su defecto todo lo demás.
Finalmente fuimos entrando al comedor donde se celebraba el banquete para dar entrada a los novios. Vítores, servilletas voladoras, amigos y familiares saltando o encima de las sillas recibían a los recién casados: María y Pedro.
El banquete estuvo lleno de sorpresas, regalos inesperados, entrega de ramos y detalles para los futuros enlaces matrimoniales, pero sobre todo, hubo mucho mucho mucho sentimiento y posterior al baile nupcial, mucha diversión. Aquí os dejamos con el resumen en fotos de nuestro trabajo. Una fotografía de boda diferente, y natural como la vida misma.
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